Laurita

       Laura lleva su nombre en recuerdo de Laura Perna, también conocida como Mamma Koko. Ella junto al Padre Hugo Ríos fundaron un hospital que acabó convirtiéndose también en orfelinato, ya que muchos niños enfermos comenzaron a ser abandonados allí mismo. Nadie volvía a buscarles.

       El Padre Hugo siempre dice que no debemos pensar que la cultura africana es una cultura del abandono, ya que para ellos la familia es muy importante. Pero este país, la República Democrática del Congo ha vivido una terrible guerra que ha sumido, todavía más, en la pobreza y en la crisis política al pueblo Congolés.

      Laurita es uno de esos niños que han sufrido las consecuencias. Como dice mi padre, la cuerda siempre se rompe por el lado más fino. Tiene cerca de cuatro años. Y digo cerca porque aquí,en mucha ocasiones, resulta difícil saber la edad concreta, porque muchos no tienen ningún tipo de documento o ficha médica cuando vienen.  Por eso, la mayoría no conoce la fecha de su cumpleaños.

      La pequeña tiene un síndrome raro, del que todos los médicos que vienen a la pediatría hablan y discuten. Aquí no es nada bueno. Hay mucha superstición. Por ello no la quieren en la escuela. Piensan que puede ser una bruja. Y eso que la propia escuela es pagada por la Pediatría. Por ello, los voluntarios decidimos crear una escuela para ella. Una voluntaria la recoge cada mañana y la lleva a una sala de reuniones, que ahora es un aula que comparte con un niño sordomudo, Amós, al que otro voluntario se ha propuesto enseñar.

      Laurita ha mejorado notablemente, le gusta mucho tener una profe solo para ella. En la primera lección que tomó, no era capaz de reconocer las vocales, ni los números, pero ahora, después de casi dos meses, ha aprendido mucho. Colorea sin salirse, habla con más soltura, distingue las vocales y sabe contar hasta cinco. Ha mejorado su francés y su interacción social con sus compañeros, y sobretodo, ha ganado seguridad en sí misma porque sabe que es querida y apreciada.

      Con Laurita he visto de cerca como cambia una persona cuando es valorada y ella lo percibe. Tiene una catarata en el ojo izquierdo, y los oídos muy pequeños debido a su síndrome. Pero no hay handicap para ella a la hora de aprender, porque sabe que puede, sabe que alguien que le quiere le va a enseñar con cariño. Porque no mira sus límites, sino sus metas. Aunque sea una meta tan sencilla como reconocer las vocales, aprenderse una canción o saber contar. Cree que puede hacerlo y lo hace. Alguien espera que lo haga, hay alguien que cree en ella.

      ¿Y tú? ¿ Haces todo lo que eres capaz de hacer o te comen las excusas y los miedos? No mires tus limitaciones, si quieres hacer algo hazlo. Laura no sabe que no ve bien, ni que no oye bien. Ella sabe que puede aprender, y aprende. Es solo una niña y nadie le ha contado que no puede, y ella no se lo ha creído. No te lo creas tú tampoco. Si no tienes, como Laura, alguien que crea en ti,  toma las riendas de tu vida y sé tú mismo esa persona. Al fin y al cabo, Laurita sólo tiene cuatro años… ¿y tú?

Comentarios

  1. Gracias! Estupenda historia y estupenda moraleja! Vas cogiendo soltura en tu redacción; a seguir así.

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