El niño especial se ha ido al cielo


     Moïse fue la primera persona de la que escribí en este blog después de explicar qué es Mamma Koko. Os hablé de su fuerza y su lucha, de su sonrisa y su valentía. Los que lo conocieron antes de su enfermedad saben lo vigoroso, deportista y juguetón que era. Saben lo que para él supuso estar tanto tiempo aislado para no contagiar el bacilo de la tuberculosis. Yo he visto como ha batallado hasta el final. 

     Hace unos días, quedé con una amiga belga que está viviendo en Kinshasa y me comentó que conocía a algunas enfermeras que trabajan en el hospital donde estás últimas semanas han tratado a Moïse. Estas le preguntaron si me conocía, ella asintió, y le transmitieron que sabían quién soy porque el pequeño preguntaba por mí. “Tienes que ir a verlo”, me dijo. Y hoy ha sido ese día. El día en el que nos hemos encontrado. Rafa, otro voluntario y yo hemos aprovechado que la ambulancia de la Pediatría iba a trasladarlo a
otro hospital para hacerle la diálisis. Y nos hemos visto. Nos ha saludado con la manita. Rafa se ha quitado la mascarilla un momento para que viera su sonrisa. Y este olvidándose del dolor, se la ha devuelto. Hoy, pese a su gran debilidad física, ha sonreído, ha bromeado, y ha disfrutado de unos pocos traguitos de un refresco de fresa . Sintiéndose como en casa, se ha marchado en silencio y ahora descansa para siempre.

     Lo hemos llevado de vuelta a casa, la Pediatría de Kimbondo, y el padre Hugo lo ha cogido en sus brazos y lo ha llevado como a su hijo con gran cariño, mientras sus hermanos observaban en silencio.

      Mis últimas palabras hacia él han sido las de una canción que Luisina, una voluntaria argentina, nos ha enseñado a todos. Y traducidas del francés dicen así: “Mi Padre es fiel, y no me abandonará jamás. Ya no tengo nada que temer, porque Dios me ha liberado”.

      Ahora estará con su madre, Mamma Koko, y cuidará de su familia, desde el cielo

Comentarios

  1. Mucho ánimo. El cielo hoy brillará más con la sonrisa y la fuerza de Moïse.

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  2. Muy bonito relato. Moïse nos ha enseñado muchas lecciones, ojalá las aprendamos todas. Gracias por darles el cariño que el padre Hugo le da a sus niños en los últimos momentos; esta vez os ha tocado a vosotros.

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  3. Me ha encantado!! Cuida de ellos Rosa! Un beso!

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  4. Hoy ha sido el funeral y ha sido impresionante. Los niños han pintado una cruz blanca con su nombre. El ataúd también era blanco. Después de la misa, en la que todos los niños hab vestido el uniforme del colegio, sus mejores galas, aunque ya no tienen, hemos salido en procesión. Uno de los huérfanos mayores ha cogido la cruz y la ha alzado encabezando la procesión. Le han seguido otros que llevaban el ataúd. Después los sacerdotes. Y por último los voluntarios, los niños y todas las personas que le querían. Le hemos acompañado hasta el coche.
    Luego los niños se han ido a Foyer, su casa, a llorarle... y les hemos consolado como hemos podido, dándoles cariño y recordándoles que ahora Moïse está con Dios, con Papá Isma y con Mamma Koko

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  5. "Bienaventurados los pobres", "bienaventurados los que lloran"... Gracias por contarnos cómo el Evangelio se hace carne en la vida de estos niños.

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